Mapas y modelos digitales del terreno
Los modelos digitales del terreno tienen una versión analógica en mapas que pueden representar las
mismas variables, pero codificándolas sobre un soporte físico mediante convenciones gráficas. Estos
mapas constituyen, por extensión del concepto de MDT, un tipo de modelos analógicos del terreno, MAT.
Actualmente, ambos tipos de modelos se complementan en muchos aspectos y la total sustitución de unos
por los otros no parece previsible. Las ventajas que ofrece la codificación numérica son claras en algunos
aspectos, pero los mapas impresos son imprescindibles actualmente para el manejo práctico de la
información.
A efectos prácticos, la mayor ventaja de los MDT sobre los MAT es la posibilidad de tratamiento
numérico de los datos, mediante las herramientas matemáticas que nos permiten los programas
informáticos. Entre estas posibilidades, inaccesibles a través de los mapas convencionales, está la
capacidad de obtener estadísticos descriptivos de una variable y la de crear nueva información mediante
el análisis de un MDT o la combinación de dos o más mediante procedimientos estadísticos o lógicos
(álgebra de mapas).
Un ejemplo de la primera posibilidad es la obtención de la altitud media de una superficie determinada,
proceso sencillo que se deriva directamente de los datos del modelo digital de elevaciones o MDE. Un
ejemplo del segundo grupo de procesos es la obtención de la distribución de pendientes en función de la
altitud como tabla de dobre entrada; en este caso se combinan dos MDT (el MDE y el MDP) para obtener
un resultado estadístico. La obtención de ambos resultados a partir de un mapa convencional exige un
laborioso tratamiento manual sujeto a un alto riesgo de error y con baja repetibilidad.
Otra posibilidad que nos crea la naturaleza digital de los MDT es la de realizar procesos de simulación del
funcionamiento de un sistema dinámico real. Manipulando los datos del MDT o complementándolos con
otras descripciones de fenómenos físicos se accede a un medio de investigación de gran potencialidad.
Finalmente, conviene destacar que los MDT tienen también aspectos negativos, especialmente a la hora
de realizar una investigación real. Al ser los MDT una parte integrante de los sistemas de información
geográfica, se ven afectados por idénticos problemas que éstos.
Los problemas más importantes se derivan de la complejidad global del sistema informático necesario
para hacer un uso eficaz de los MDT y, en general, de los SIG.
El acceso a la información impresa en un mapa es sencillo ya que se realiza directamente mediante
examen visual, aunque se precisan unos conocimientos cartográficos más o menos profundos.
El acceso a
los MDT es mucho más complejo pues se realiza a través de equipos informáticos cuyo manejo, mediante
una serie de instrucciones específicas, obliga a un entrenamiento especializado. Por otra parte, la
interpretación de la información es indirecta debido a la existencia del equipo informático que actúa de
nexo, y la elaboración de modelos derivados requiere el dominio de lenguajes de programación o la
intervención de especialistas. Idealmente, los conocimientos cartográficos necesarios para la
interpretación de los mapas convencionales deben complementarse con otros relativos a proceso de
imágenes, bases de datos y programación de ordenadores, lo que implica un considerable esfuerzo de
educación suplementario.
Asimismo, un uso eficaz de los MDT no se concibe fácilmente sin un equipo de trabajo relativamente
amplio, un equipo informático sofisticado y un conjunto de circunstancias que permita unas condiciones
de trabajo con una estabilidad razonable. En la práctica, las posibilidades de trabajo e investigación que
los SIG/MDT permiten se ven limitadas por las también grandes exigencias económicas y estratégicas
que plantean.
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